Largometraje documental

Dirigido por Susana Guardiola y Françoise Polo. Coproducido por Bausan Films (España) y LX Films (Portugal).

Una historia que recupera las raíces del pasado para reconstruir un presente.

El rostro de las mujeres de Mozambique está cargado de vidas no contadas, silenciadas…

Voces desde Mozambique rescata la voz de las mujeres africanas que luchan diariamente, por activar el desarrollo de África. Cinco historias que representan el ciclo de vida de la mujer. Y la sombra de un mito reencarnado en todas ellas: Josina Machel, primera heroína y guerrillera mozambiqueña, que luchó por la independencia y por los derechos de la mujer.

Mujeres que continúan reclamando un espacio de voz y reivindican la de Josina, convirtiéndola en la suya propia.

19 de noviembre de 2009

Motivación de las directoras

Por Susana Guardiola y Françoise Polo

En África, el hambre y la falta de redes sanitarias e infraestructuras son la evidencia
de un futuro poco esperanzador. En África, son las mujeres las que mantienen la esperanza del cambio. En África, la mujer come poco y come la última.
En África, si la mujer deja de comer, África muere porque ella, frente a esta desigualdad devastadora, es la clave en la toma de conciencia del poder individual y colectivo, para poder cambiar las cosas.

Pero los problemas de África no se deciden en África. Y ésta es una realidad que
debemos afrontar y replantearnos. Nosotras somos también responsables de
sus problemas. Y debemos aunar nuestras fuerzas con solidaridad, para tomar
las decisiones necesarias que permitan la parcela del cambio a sus protagonistas.
Estamos frente a un cambio de estructuras que va a afectar al globo económico
mundial y, para ello, debemos conocer las realidades de la manera más directa y
positiva porque, como dice la ONU en su propuesta de los Objetivos para el Milenio,
aún es posible el cambio. Y nosotras, SOMOS LA GENERACIÓN QUE PUEDE
HACER POSIBLE ESTE CAMBIO, ¿Seremos capaces?

“Voces desde Moçambique, África es Futuro, Futuro es Mujer” es una historia de amor y esperanza. De amor a todas las mujeres africanas que, como hermanas
nuestras, nos conmueven y nos llaman para hacer algo con ellas. Y de esperanza porque, esperamos, que, trabajos como éste, contribuyan a aportar luz a esta realidad tan desalentadora en la que vivimos. Una era en la que los intereses políticos
y económicos de unos pocos están destrozando el planeta y permitiendo atrocidades humanas.
El origen de esta película nace en Mozambique, un país por el que las dos sentimos
fascinación y confianza, ya que es un ejemplo de evolución y desarrollo para el resto de África y en el cual, hemos pasado tiempo retratando sus pequeñas historias en anteriores documentales, historias de hombres y mujeres de un continente que, alejado de lo que se pueda pensar, tiene en sus manos la riqueza del próximo milenio.
El futuro de África se encuentra en miles de historias de superación y de aceptación.
La historia de la mujer como motor de este cambio es la gran protagonista, y ésto se hace evidente en cada rincón y a cada momento.

“Si se observa el papel de las mujeres africanas en nuestras sociedades, vemos que son muy importantes cuando se habla del desarrollo de África: son ellas quienes trabajan durante muchas horas para mantener a sus familias.
Por tanto, hay que cambiar y poner la tecnología a disposición de estas mujeres porque eso revolucionará actividades como la agricultura. Si les damos las tecnologías de producción, empujaremos hacia arriba las economías africanas ya que, ahora mismo, muchas mujeres son el centro de la producción.
Y si educamos a estas mujeres, educamos también a los trabajadores voluntarios de África. Ésta es la razón por la que es crucial conocer el punto
de partida del desarrollo de África. Si damos el poder a las africanas, ellas
podrán ocuparse de la mortalidad por maternidad, de la mortalidad infantil,
especialmente entre los recién nacidos, que es enorme y muy desalentadora
en África.
¡Si nos ocupamos de las mujeres, tendremos un África feliz!”
Gertrude Mongella (Presidenta del Parlamento Panafricano)

Desde nuestro lugar privilegiado de tener la oportunidad de contar historias,
debemos solidarizarnos y aportar nuestra pequeña voz para devolver la dignidad
que merecen nuestras hermanas africanas.
Estamos presenciando un momento donde las mujeres son las protagonistas de una anónima y cotidiana revolución de solidaridad, fuerza y esperanza. Y nosotras, como mujeres, queremos ser parte de ello.

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